Relatoría Crónica del XVII Capítulo General

 



En el XVII Capítulo General, el jueves 26 de noviembre por la tarde, reflexionamos sobre la vida religiosa. Con anterioridad habíamos leído algunos textos del papa Francisco, de la CIVCSVA y de varias/os teólogas/os; también tuvimos en cuenta las luces que el Espíritu Santo nos dio en los ejercicios espirituales que en días anteriores nos dirigió la hermana Dolores Palencia (religiosa de San José de Lyon). 

Esta reflexión la hicimos en las cuatro comisiones. Aunque la reflexión era sobre la vida religiosa en general, sin proponérnoslo, la mayor parte de las aportaciones fueron sobre «nuestra amada Congregación», como la llamaba Nuestro Padre. 

En la celebración eucarística, presidida por el padre Alex Rubio, cada comisión expuso la síntesis de su trabajo y, junto con el pan y el vino, la presentamos a Dios, para que la bendijera.

Retos que enfrenta la vida religiosa:

  • En un mundo de densas sombras, en una sociedad fragmentada y en una Iglesia disminuida, ser significativos por nuestras presencias, por la cercanía con los crucificados, por nuestro carisma y espiritualidad. 
  • Ver a la persona de manera integral y cultivar la madurez humana.
  • Cuidar y construir la fraternidad. 
  • Ante tantos signos negativos, avivar la esperanza teologal y transmitirla.
  • Invitación a movernos hacia una novedad discernida.
  • Abrirnos a las diversas realidades: no encerrarnos, pero tampoco diluirnos.

Principales amenazas que tiene: 

  • Deterioro de la persona, las relaciones, la fe, la pertenencia a Dios y a la Congregación. 
  • Actuar (o dejar de actuar) movidos por el miedo.
  • Distancia cultural con los jóvenes.
  • Dejarnos arrastrar por la cultura individualista y hedonista en la que estamos inmersos.

Sus principales riquezas:

  • En nuestra herencia carismática, tenemos un rico tesoro. 
  • Centralidad de la persona; la comunidad es un espacio de humanización.
  • Fraternidad en la Congregación, vínculos de fe y afecto, cuidado del hermano.
  • Una Congregación que reflexiona críticamente sobre sí misma; está en discernimiento.

Sus principales necesidades: 

  • Cuidar la dimensión mística: fijar los ojos en Jesucristo sacerdote y víctima, para ser transformados en él por el Espíritu Santo.
  • Volver al Evangelio para vivirlo y transmitirlo.
  • Amar lo que somos (MSpS) y serlo con mayor verdad.
  • Darle hondura a la fraternidad.
  • Que la misión articule la vida y los proyectos.
  • Arraigar proyectos globales en lo local, con sus límites.
  • Innovación estratégica para incidir en los contextos complejos y cambiantes y de cara al futuro, para hacer surgir una humanidad nueva.

MOMENTO DE RECONOCER

Ámbito de vida Religiosa

Posteriormente, desde el viernes 27 al domingo 29 de noviembre entramos al trabajo de reconocernos para responder a la pregunta: ¿Cómo estamos como Congregación?, detectando y enunciado nuestras fortalezas y debilidades desde el ámbito de la Vida Religiosa, Misión, Personal y Proyectos comunes. 

Por la mañana del viernes 27, nos adentramos al ámbito de Vida Religiosa. Para ese fin retomamos el informe del Consejo General y cuatro valoraciones externas de: María Dolores Palencia CSJ, Ron Rolheiser, OMI y Miguel Álvarez Gándara, laico. 

Dedicamos la mañana y parte de la tarde, para que cada comisión organizara su tiempo de estudio y trabajo, y llegara al consenso de cinco fortalezas y debilidades que se presentarían en asamblea por la tarde, concluyendo con una ronda de resonancias, muy rica.

El Objetivo que señalan nuestras Constituciones para el Capítulo General, nos pide “discernir a la luz del Espíritu el modo adecuado de mantener y actualizar el propio carisma, renovarnos en nuestro espíritu, misión y estilo de vida al servicio de la Iglesia…” (364-365). Y hoy retomamos nuestra Vida Religiosa. Fue clara la acción del Espíritu en las cuatro comisiones al ir coincidiendo en las fortalezas y debilidades, lo que denota que hablamos de nosotros, no conocemos y que esa es nuestra vida.

Fortalezas

  1. La claridad y actualidad que se percibe en las Líneas de acción, las tres categorías de la misión, el carisma y las figuras de nuestros fundadores.
  2. Vida fraterna. El crecimiento en diversas Líneas, en comunidades que viven en fraternidad y funcionan adecuadamente, en el cuidado de las mediaciones como las oraciones, ejercicios espirituales, formación inicial y permanente. El poder decir lo que nos sucede. El sentido de pertenencia, cuidado mutuo, acompañamiento y confianza, y en algunas comunidades también una sana exigencia.
  3. Riqueza del personal. Deseo de responder a Dios, como religiosos y como pastores. Hay una mejor comunión congregacional, en nuestras comunidades y provincias. Nos mantenemos en proceso de búsqueda y crecimiento, conscientes de nuestras fragilidades. Nos hace mucho bien vivir y trabajar desde proyectos a todos los niveles.

Debilidades

  1. No logramos ir más allá del deseo-anhelo de poner las Líneas de acción en práctica en la vida cotidiana. Tendemos a quedarnos en el nivel de planes, estrategias y documentos, pero nos cuesta aterrizar y arriesgar en pasos reales, cotidianos, quizá sencillos, pero que no permiten volver atrás. 
  2. La auto-referencialidad en la vida y misión a nivel personal, provincial e institucional que nos impide salir de nosotros mismos hacia la Congregación, la Iglesia y el mundo, especialmente la dificultad de abrirnos hacia los laicos. No siempre se busca lo corporativo, las sinergias, la valoración de lo que los hermanos van aportando. No logramos permanecer y sostenernos en un proceso de formación continua. 
  3. Una vida espiritual debilitada, con muchos distractores culturales, dificultad para tocar una serie de temas personales no abordados (madurez afectivo-sexual, manejo del poder y del dinero, tiempo libre, alcoholismo y otras adicciones).  
  4. No vemos nuestra vida religiosa integralmente: se separa la misión, de la vida religiosa o la comunidad. Vamos sectorizando en detrimento del ser humano integral.
  5. Inmadurez humana y dificultad para enfrentar conflictos. Hay claridad y conciencia de los problemas, sin embargo, existe una dificultad para aceptar al otro tal cual es sin querer cambiarlo. Nos hace falta decirnos las cosas de frente, evitando el rumor.


Ámbito de Misión

El 28 de noviembre, manteniendo de fondo la pregunta: ¿Cómo estamos como Congregación?, dimos un paso más en el proceso de reconocernos abordando el ámbito de misión de nuestra vida, teniendo como insumos de estudio: a) el Informe del Consejo General en todo lo relativo a la 3ra. Línea de acción y, b) un estudio sobre la situación actual de la misión en la Congregación el cual, integrando una presentación estadística y descriptiva de la misión en cada una de las Provincias, complementada con una visión cualitativa a partir de la valoración de algunos indicadores relevantes del desempeño pastoral en nuestras comunidades y equipos de pastoral, nos ayudó tener una mirada más global de la misión en la Congregación.

Después de un espacio de estudio personal por comisiones trabajamos las principales fortalezas y debilidades del ejercicio de nuestra misión. Resultando en el plenario entre lo más significativo:

Fortalezas

  1. Las tres categorías de misión han fortalecido la identidad, dando rumbo claro, generando unidad en la diversidad y dando pautas para operativizar mejor la misión.
  2. Hay una mayor estructuración en la pastoral, se ha avanzado en una organización con proyectos y equipos articulados, procesos de planificación y seguimiento con metodologías.
  3. Se tiene una significativa presencia y fuerza eclesial, desde nuestro carisma se nos reconoce un aporte en formación, acompañamiento con ofertas más cualificadas de servicio a sacerdotes. 
  4. Avance en el trabajo corporativo, se han generado algunas sinergias, se ve el caminar de la PV.

Debilidades

  1. Nos sigue costando la incorporación de laicos al modo como nos han insistido los últimos capítulos, permanece una actitud de clericalismo.
  2. Hay una visión limitada de la incidencia social, nos cuesta entendernos como agentes sociales y somos poco afectados por situaciones sociales.
  3. Dificultad de trabajo en equipo a un nivel más profundo, hay proyectos que aún dependen de alguna persona en particular.
  4. Limitaciones del personal, en cuanto a número, edad, problemáticas personales, entre otros. 
  5. Nos falta innovación en nuestras estructuras y ofertas pastorales frente a la secularización creciente de la sociedad, se mantienen inercias que frenan.

En espíritu de afinar la escucha y de seguir reconociendo el paso y la obra de Dios de la misión en la Congregación se abrió el espacio para compartir las resonancias personales, donde coincidimos en que destacar la visión de conjunto nos devuelve una vista rica y diversificada de la misión en la Congregación que nos ayuda a percibir una fuerza notable y vigente de ésta. 


Ámbito de Personal

Entramos a la cancha de la situación de personal. Un terreno, entre nosotros, especialmente querido, complejo, valorado y delicado. Por ello, iniciamos re/cordando a muchos hermanos entrañables y que nos han hecho mucho bien. ¡Tantos!

Así, como venimos haciéndolo a lo largo de este Reconocer, pasamos a nuestro estudio y reflexión personal a partir del: Informe del Consejo General y del Estudio cualitativo sobre el personal, que se nos entregó en esos momentos. Posteriormente trabajo por comisiones, plenario para la presentación de lo trabajado por las Comisiones y resonancias de lo escuchado de las Comisiones.

Fortalezas y debilidades

Se presentaron muchas coincidencias al visualizar las fortalezas y debilidades de todos y cada uno de nosotros que conformamos “el personal” de la Congregación.

Fuerzas disponibles, potencialidades de futuro, buena distribución en las inversiones entre la misión y las encomiendas internas. Mejor cultura de nuestro cuidado integral y constatación de una buena condición espiritual y recursos de fe.

También, envejecimiento, decrecimiento del personal y disminución de ingresos. Carencias de madurez humana y síquica. Nos cuesta movernos, nos resistimos al cambio (de cualquier tipo). El ejercicio de nuestros liderazgos en ocasiones se individualiza y no trabaja en equipo, o se cansa ante las demandas y necesidades.

El peso de nuestros hermanos más deteriorados gravita considerablemente en el desgaste y la marcha de las comunidades y proyectos.

Resonancias

Terminada la presentación de cada una de las comisiones pasamos a compartir resonancias personales. Dejar que se exprese lo que suscita lo escuchado, para escuchar también lo que el Espíritu nos va diciendo a través de los demás y lo que va entonces re/sonando entre Nosotros. 

Algunas cápsulas de lo que se va vislumbrando o reconociendo como luz, moción o treta:

  • Estamos contentos porque hay muchos elementos valiosos entre nosotros, especialmente en los indicadores de salud física y espiritual, que nos dan margen para movilizarnos y hay espacios de oportunidad para crecer. Pero, también estamos conscientes de que esto es ahora y que hay fecha de caducidad en algunas de nuestras fortalezas. Hay limitaciones naturales de envejecimiento y deterioro, de tal manera que, si no estamos atentos y nos movilizamos pronto, este capital se puede agotar. 
  • Es importante concientizar, incentivar, cuidar, promover (muchos verbos más), los estratos 2 y 3 de los indicadores para que no se deslicen hacia abajo, sino se fortalezcan, y el tejido personal y congregacional se articule, crezca y madure. Importa hacer un planteamiento de inversiones razonadas y un diseño de acompañamiento de esto.
  • Toma relevancia el fortalecer los liderazgos, pero junto con el trabajo en equipo.
  • Armonizar e integrar la distribución del personal para la autogestión (gobierno, formación, PV, ancianos y enfermos) y para la Misión.

Concluyendo

En lo más profundo, hay esperanza en medio de nuestros retos porque encontramos potencias y energías entre nosotros. Hay inquietud y cuidado porque varias de nuestras debilidades son ineludibles y, otras que nos acechan, pueden crecer si no las cuidamos estratégicamente. ¡Qué nuestra esperanza sea humilde y nuestro realismo creyente!

Queremos cuidarnos, ayudarnos, protegernos, salvarnos, pero no para auto preservarnos, sino para poder dar la vida, correr riesgos, salir a Dios, a los hermanos, al mundo, a la Iglesia. Ser seguidores de Jesús sacerdote y víctima que deciden dar voluntariamente la vida.

Esta situación del personal tiene que servirnos como lente para los trabajos que siguen en nuestro capítulo. 


Ámbito de Proyectos comunes

El domingo 29 de noviembre por la mañana, seguimos conjugando juntos el verbo RECONOCER. Después de haber reflexionado cómo estamos en el ámbito de nuestra Vida Religiosa, del ejercicio de nuestra misión y de la situación del personal, abordamos el cuarto y último ámbito propuesto: los proyectos comunes.

Este ámbito abarca el camino recorrido y el trabajo realizado en los 4 Proyectos congregacionales, en los 3 procesos de sinergia, en el proyecto de la Formación Permanente y en la instancia Congregacional de investigación y difusión del Carisma.

Para este trabajo seguimos el mismo esquema que en los ámbitos anteriores: primero relectura y reflexión personal de los insumos (se insistió que se hiciera desde una perspectiva de conjunto, valorando más el esfuerzo por hacer cosas comunes que cada proyecto o proceso en sí mismo), y a continuación trabajo por Comisiones para identificar cinco fortalezas y debilidades.

Dedicamos gran parte de la mañana y el inicio de la tarde al trabajo personal y por Comisiones. Después nos reunimos en asamblea; cada Comisión presentó su trabajo y se dio paso a un diálogo abierto para compartir resonancias, comentarios y reflexiones al respecto. Destacamos algunos aspectos del trabajo realizado:

Respecto al trabajo de las Comisiones

En las fortalezas, las 3 palabras que más se repitieron en las 4 Comisiones al referirse al proceso congregacional vivido fueron: fuerza, común y nuevo/novedad. Tres Comisiones señalaron la importancia del rol jugado por los Consejos y los equipos interprovinciales. Otras tres destacaron que el proceso vivido este quinquenio ha permitido poner en el centro los intereses y necesidades comunes, ha creado un marco de referencia para la gestión del gobierno general y ofrece pistas y estrategias para el futuro.

En las debilidades, las cuatro Comisiones coincidieron en dos puntos: 

  1. Nuestras inercias, prejuicios y estereotipos han dificultado y frenado los proyectos y las sinergias congregacionales. 
  2. Ha habido carencias en la comunicación del proceso y de las decisiones tomadas (2 Comisiones añaden que también fue escasa la recepción y escucha). 

Dos Comisiones señalaron el factor tiempo: faltó tiempo para implementar algunos proyectos y las sinergias y proyectos están aún en fase germinal. Además, los resultados en unos y otros han sido desiguales.

Respecto al diálogo en la Asamblea

Prevaleció un tono positivo de las resonancias y los comentarios compartidos, así como en la valoración de los procesos comunes emprendidos en el quinquenio. Fue casi unánime el gusto y la gratitud por el camino recorrido y por la esperanza que éste ha generado. Con diferentes palabras, la mayoría de las intervenciones afirmaron que hemos estado empeñados en la construcción de la unidad en la diversidad. En este sentido, se habló de avances y de esperanza, de fuerza en medio de nuestras limitaciones y de novedad a pesar de las normales inercias de toda institución. No hubo voces divergentes o valoraciones de otro tono.

Otro grupo de intervenciones destacaron el sentimiento de gratitud por el XVI CG, por lo que intuyó y pidió, como moción del Espíritu Santo, para revertir la tendencia a una confederación de Provincias. En estos años se ha trabajado responsable y esforzadamente en ello y de hecho se ha reforzado la idea de ser una sola Congregación, aprendiendo a ver las diferencias como riqueza, no como amenaza.

Por último, varias intervenciones insistieron en que queda mucho camino por andar. Se empleó la imagen de “remover la tierra” de la Congregación y, por tratarse de un proceso inicial, se dijo que hay que cuidar las semillas pues aún tienen que seguir madurando. También se reconoció que los pasos que se han venido dando abonan un dinamismo de unidad y de renovación institucional y ofrecen nuevos horizontes de futuro a la Congregación. Eso sí, se tendrán que seguir desatando nudos y trabajando las resistencias al cambio.

Terminado el compartir en asamblea, pasamos a celebrar la eucaristía dominical por Comisiones, con la invitación a ofrecer al Señor en este inicio del Adviento los sentimientos que nos acompañan en un clima de fe y de gratitud.  








Comentarios

  1. ME HA PARECIDO MUY INTERESANTE TODO LO QUE NOS HAN COMPARTIDO. GRACIAS. ATENTO Y EN COMUNIÓN CON USTEDES HERMANOS. DIOS NOS SIGA BENDICIENDO CON EL ESFUERZO QUE LES ESTÁ IMPLICANDO ESTE TRABAJO QUE EL SEÑOR LES HA CONFIADO. Esteban, M.Sp.S.

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  2. Gracias por compartirnos su caminar y vivir de estos días, con ustedes y en ustedes caminamos la Iglesia entera, seguimos en unión de oraciones por todos ustedes, Aurora messt

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  3. Queridos padres: gracias por compartir la acción de Dios en ustedes en este acontecimiento de gracia. Mi cariño y oración para que sean dóciles al Espíritu Santo🙏🙏Bertha ojs

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  4. Muy queridos Hermanos: Gracias por compartir el "paso de Dios" en su caminar Congregacional. Los acompañamos con nuestra oración y cercanía fraterna y cordial. Que María, los acompañe en la escucha al Espíritu que recrea todas las cosas para Gloria del Padre y salvación de la humanidad. Rosa María, F.Sp.S.

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  5. Tiempo de contraerse, reflexionar, concluir, priorizar, elegir y ACTUAR!!! Cuenten con muchos laicos que hemos conocido a Dios y hemos evolucionado gracias a ustedes. Estoy a sus órdenes para cualquier cosa que pueda aportar, queridos MM.Sp.S.

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    1. Alberto Anaya Walker. correo: albertoanayawalker@gmail.com

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